lunes, 6 de julio de 2015

Y el cuervo dijo ¡nunca más!

El poema del cuervo le concedió a Edgar Allan Poe la gloria eterna. Eso, y la incógnita de su muerte hicieron de él un personaje más que intrigante. 

Edgar Allan Poe nació en 1809 en Boston, EE UU, pero pronto perdió a sus padres siendo adoptado por John Allan, un hombre adinerado de Richmond con quien tuvo una relación más que traumática. Su coqueteo con el juego y la bebida ya le acarrearon problemas desde sus estudios en la Universidad de Virginia, de donde fue expulsado. Poco tiempo después se alistó en el ejercito y allí permaneció dos años hasta su expulsión por "negligencia en el cumplimiento del deber."
En 1832 se desplazó a Baltimore y contrajo matrimonio con Virginia Clemm, su prima de catorce años. Durante esa época entró como redactor y crítico literario en el periódico Southern Baltimore Messengerconsolidando su posición como crítico de primer orden en su país debido a su crítica mordaz. El matrimonio fue duro debido a la enfermedad de su mujer, que murió de tuberculosis en 1847. Desde entonces, su tendencia al alcoholismo y al consumo de drogas se agravó, hasta que dos años más tarde se lo encontraron en estado de delirio en las calles de Baltimore vestido con ropas que no eran suyas y, según la leyenda, invocando a un tal Reynolds.
Murió cuatro días más tarde en el hospital. La versión oficial dijo que era debido a una "congestión o inflamación cerebral" pero era algo que solía decirse en los fallecimientos vergonzantes como el alcoholismo o la drogadicción.

No es de extrañar que debido a la vida tormentosa que vivió Poe se convirtiera en el padre de la literatura de terror, de misterio y policíaca. Así como uno de los precursores de la literatura simbolista. Aunque también se dedicó a la poesía, que la consideraba la máxima expresión literaria, su mayor genialidad la podemos encontrar en sus cuentos.

Siempre han dicho de él que se volvió loco, incluso él en un momento determinado lo dijo de si mismo "me volví loco, con largos intervalos de horrible cordura"  pero yo he visto siempre en su escritura un hombre demasiado cuerdo intentando huir de su desesperación, un genio atormentado por las desgracias de su vida y que no pudo huir de la fatalidad de su destino. 
"Los hombres me han llamado loco; pero todavía no se ha resuelto la cuestión de si la locura es o no la forma más elevada de la inteligencia, si mucho de lo glorioso, si todo lo profundo, no surgen de una enfermedad del pensamiento, de estados de ánimo exaltados a expensas del intelecto general."

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